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Espejito, espejito…

  • Foto del escritor: Ana
    Ana
  • 13 sept 2022
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 9 mar 2023

Recuerdo una de nuestras conversaciones cuando me hablaste y me dijiste “mi amor alguien me hackeo mis cuentas” yo ingenua ilusa, aunque en realidad no… corrijo sana, segura de nosotros, te creí y dije: ¿cuenta de que amor? Y me comentaste que te habían creado cuentas falsas de Tinder y Bumble…ahora entiendo el contexto de todo esto, eras de los que se adelantaban a que te descubran la mentira hacías eso una y otra vez, mentías y mentías, cada una de las mentiras que me decias eran planificadas e incluso me culpabas de tus acciones por mis crisis emocionales: “yo reacciono asi porque no supero lo que hiciste con tu amenaza de vida” “ yo hice esto porque tu me engañaste con un chico” cosa que nunca fue cierta porque habíamos terminado la relación, no habia sustento para todo, eras dañino y tóxico y te encargaste (como todo cobarde) de hacerme loca a mi, e incluso con tu mejor amiga me pusiste en contra de ella “¿que tienes con Vero?” me decías cuando en realidad Vero siempre me caía muy bien, recuerdo porque el primer gran límite que te deje pasar fue en el auto, cuando me gritaste, me dijiste que me vaya de tu vida que ya no quieres nada me gritaste, dijiste que ya no me amas que quizás nunca lo has hecho, fue la primera vez que quise nunca más volver a verte, te encargaste de manipular con tus lagrimas a todo mi círculo y volviste con lágrimas falsas a decir que te arrepentías es más hasta tu padre intervino para que hable contigo: me pregunto ahora ¿tu padre sabia lo que hacias? Hablo conmigo tu hermana también: todos abogando por el irresponsable que no sabe cuidar sus emociones, ahora sé era más fácil culparme a mi de todo que ser valiente y decirles la verdad de lo que me hacías y decías, entiendo que no compartías con nadie nuestros problemas y claro! Claro que no lo hacías porque todos tenían un culpable: tu.

Innumerables veces te vi suplicar, perdón innumerables veces perdoné lo que no debía, mentiras, celos, inseguridades de tu parte, empecé a experimentar en mi estado físico señales que ahora entiendo, mi rostro se veia cansado, mi hiperhidrosis regresó más fuerte, me aislaba en mi cuarto y me preguntaba todas y cada una de las noches como puedo lidiar contigo, que me falta hacer, empecé a darte más y más detalles, llevarte un chocolate, soprenderte con un regalo, en tu cumpleaños quise darte los detalles más amorosos, dije a ver que le compro… tantos detalles que quería que vieras, ¿qué recibí en mi cumpleaños? Una discusión seguida de una cena vacía… si! Totalmente mi culpa por pasar mis límites, no permitan que eso pase, no lo permitan nunca, la última discusión que puso final oficialmente a nuestra relación fue la segunda fuerte que tuvimos en el auto, quería conversar contigo lloraba desesperada, y me decias “me estas faltando el respeto al no irte” que fea persona eres, me dejaste en el auto sola, me dijiste me largo y te bajaste del auto, el auto se resbalo y tuve que poner el freno de mano, te perseguí y te sujete de la camisa y te pedí y te dije que quieres ya basta, te pedía desesperada que me escucharas, al regresar al auto me dijiste quítate de mi camino “te voy a denunciar” “te voy a hundir” y acabar, tantas red flags que cuento por Dios y yo no lo vi por ciega, al suplicarte que no te fueras te subiste al auto me puse en la puerta del auto y mi mano estaba ahi cerraste continuamente la puerta con mi mano ahí, me lesioné, aceleraste y casi me pisaste, fue el fin, nunca mas volví a sentir el amor que sentí desde el principio de la relación (si recién ese fue mi límite pra empezar a abrir los ojos) pero debo ser sincera lo pase porque yo también tuve cambios de comportamiento fuertes en momentos de enojo y sabía lo que era lidiar con los impulsos (no contigo pero si con otras personas) ahora bien desaparecí no supe nada de ti, y llamaste semanas después borracho y ebrio a suplicar y decir que me “amas” que ingenua, quedamos en vernos pero ese dia fue bueno hable con mi psicóloga y estaba segura de mi decisión, no quería regresar contigo, fui clara y estaba dispuesta a decirte adiós.

Vinieron días continuos de vernos y de sospechar que quizás si estas cambiando, de que quizás haya luz y esperanza pero no… el fin estaba a punto de llegar, un fin de semana fue suficiente un mensaje de voz destruyó todo lo que era necesario para terminar con lo que soñé e idealice de ti, el padre “bueno” y ejemplo dejo de ser el padre bueno, el chico “caballero” que abría la puerta, el chico inteligente del cual yo me enamoré dejo

de existir o mejor dicho nunca existió…




 
 
 

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